En el Dorado con Tubertini...


Nuevamente en el litoral gadinado cambiaba el tiempo, reuniendo las condiciones idóneas para salir en busca de las codiciadas doradas. Este día no tenía muchas ganas de darme un madrugón, así que fui algo más tarde para coger 1 hora de bajadas y toda la subida de la marea. Sobre las 11:00 estaba en el pesquero, así que me dispuse a ir montando las cañas para colocarlas en el sitio y finalmente colocar la carnada e ir lanzándola una tras otra. De cebo llevaba de la mano de Dani Pesca muergos XL, ideales para montarlo pelado y licrado, siendo de mucha carne lo que da un cebo muy voluminoso y apetecible. Algunos venían de tamaño mediano para lanzarlo con cáscara por si hubiera ruame. Y también algunas gusanas americanas. De hilos llevaba Tatanka Evo del 0.12 - 0.14 y Gorilla Surf 0.18, así testaría diferentes zona de lanzado. Nuevamente de gametas el Carbon Ghost del 0.28 y Fantasm del 0.26 junto a anzuelos Serie 553 nº 5. Esta vez a la caña más cercana montada con el 0.18 opté por colocarle las americanas más grandes junto a un buen anzuelo Serie 5180 Nº 1, así aseguraría mejor la posible captura.

No se pudo resistir a la americana XL, pero el anzuelo 5180 la atrapó

Tras la primera revisión me llevé la sorpresa de que no había ruame, cosa que me gustaba mucho pues las cañas estarían pescando perfectamente. Se completo la bajada y no había habido presencia de ningún pez pero si de pescadores, cada vez se veía llegar más pescadores para echar el día.

Era la hora de almorzar cuando un pescador pasaba y me preguntaba como andaba la cosa, le dije que estaba bien la mar y no había ruame, pero que no había cogido nada, cuando de repente observo una brutal picada a una de mis cañas. "Mira mira, ahí está la primera", me dijo el chaval. La picada fue espectacular, zarandeando mucho la caña y sacando hilo casi 1 minuto. Durante este tiempo no dudé en dejarla correr, que se cansara... Nuevamente llegué a pensar que podría tratarse de alguna manta o guitarra, debido a la carrera que estaba haciendo. Pasó un par de minutos cuando de repente dejó de luchar y venía sin apenas resistencia hacía mi, aunque con algo de peso. Tranquilamente recogía la caña pero no ofrecía resistencia ni carrera alguna, lo que me llevó a pensar que se podría haber escapado la pieza. Faltaba unos escasos 30 metros cuando ya observé la cola de una dorada, cosa que me sorprendió porque no estaba dando lucha alguna, y con la ayuda de unas olas pude agarrar la primera captura del día, una buena dorada de 2,5 kilos. Había sido capturada con la caña lanzada más cerca. Volví a encarnar otra gran gusana americana y lanzada más o menos a la misma distancia.
La cosa había empezado bien pues había sido el primero en estrenarme y además con una buena dorada. La cosa seguía igual, sin ruame, así que no quedaba otra cosa que esperar... Mientras tanto me dispuse a comerme un bocadillo pues ya era hora ya que no había ni desayunado con tanto ajetreo. El día estaba perfecto y aún quedaba unas horas de subida. Pasó exactamente 1 hora cuando observamos como la misma caña repetía, volviendo a marca una nueva picada. Ésta no había tenido una picada tan agresiva pero si me estaba dando continuamente guerra. Le iba recuperando poco a poco metros de línea y en el rebalaje ya estaba perdida, pues se cansó del constante esfuerzo y también se había levantado unas olas que la acercaban con mayor fuerza a tierra. Era algo más pequeña pero tardé casi el doble de tiempo en poder agarrarla. En unos minutos pude poner a resguardo la segunda dorada del día con 2 kilos de peso. Parece ser que las doradas esta vez no andaban a una distancia extrema, pues estaba tocándola con la caña más cercana. Cogí otra nueva gusana americana XL y lancé. Me venía bien pues estaba subiendo la marea y aunque pesara más en el lance, conforme pasara el tiempo iría ganando metros de lanzado. En los siguientes minutos me pasó una de las cosas que nadie quiere que le pase. Estaba observando las cañas cuando veo que una de ellas estaba casi tocando el agua, salí corriendo a por ella pero faltaba 3 metros cuando cayó. Rápidamente lo levanté pero el agua podría haber entrado, así que no me atrevía ni a seguir lanzando con él, quité el carrete y tuve que poner uno de mis Tica que siempre llevo de repuesto por si acaso... Esta caña tenía el muergo pelado, así que volví a coger uno grande para ponerlo licrado. Viendo lo ocurrido en las anteriores capturas me limité a lanzar sobre la misma zona de lanzado. Mudamos los tiestos más atrás y nos sentamos volviendo a esperar un nuevo milagro.

Triplete de doradas

Al rato estaba aburrido de estar estar sentado, así que me fui a esta última caña para echar un par de fotos con el móvil, cuando precisamente esa caña la veo inclinarse y seguidamente empieza a sonar la carraca. No me lo podía creer, fue la ultima lanzada y estaba yo justo a su lado. Como siempre trabajaba la pieza con tranquilidad y poco a poco la traía. No me dió mucha guerra asta que la acerqué al rebalaje, ahí empezó a ir de un lado a otro y a refugiarse con las olas, pero era cuestión de tiempo y en pocos minutos la puse en la arena, la tercera dorada del día con más de 1,5 kilos. Esta vez desistí de volver a poner muergo pelado y le coloqué una gusana americana mediana, pues al estar activas las doradas seguro que se le apetecería más. El calor hacía bastante mella, así que viendo que las cañas lanzadas estarían pescando decidí de ponerme en bañador y de meterme en el agua para refrescarme, así también me entretendría para hacer más amena la espera y dejar las cañas tranquilas pescar. El día estaba siendo bueno, el viento no estaba soplando muy fuerte, por lo que las picadas se visualizan muchísimo mejor, a la vez que se trabaja con más tranquilidad puesto que los hilos no sufren tanto al no resecarse.
Trabajando la dorada en el rebalaje, jugando con la puntera híbrida
En esta ocasión las cañas estaban pescando con gusanas americanas. Algún pescador del alrededor también sacó alguna dorada, así que nuevamente estábamos atento y el gusanillo andaba por la barriga. Andando por la orilla observo como la caña que había conseguido las 2 primeras capturas se destensa. La vuelvo a tensar pero viendo que no marcaba ninguna picada me dispuse a recoger. Di un par de vueltas de manivela al carrete y al levantar la caña noté peso. Viendo como transcurría el día me imaginaba que una nueva dorada estaría al otro extremo de la línea. No bregaba mucho, pero como de costumbre en el rebalaje empezó a sacar todas sus fuerzas. Cuando observé la cola sabía que era de menor tamaño que las anteriores pero que luchaba más que alguna de las cogidas. En unos minutos pude ponerla en tierra la cuarta dorada de la tarde con algo más de 1,2 kilos. Nuevamente otra gusana americana ensartada con sumo cuidado para desangrarla lo mínimo o nada y al agua.
Esta caña estaba montada con el Gorilla Surf del 0.18mm, empatada con el Carbon Ghost (0.28), anzuelo Serie 5180 (Nº 1) y con gusanas americanas XLhabía dado en el sitio justo y con la tecla
¡Estaba dando el callo dicha combinación!
Una cosa que suelo tener muy en cuenta es el estado de los cebos, siempre lo coloco en la nevera, bien frescos para que no se mueran pero sin tocar directamente el hielo. Yo tengo en la nevera puesta una fiambrera encajada para que quede suspendida, es lo mejor.
Tercera dorada de la tarde
Una vez lanzada volví a meterme en el agua para quitarme algo de calor de encima. Dentro del agua se estaba bastante bien pero fuera, a pesar de la hora que era, hacía bastante calor. Había pasado un rato cuando observé como nuevamente la caña híbrida estaba recta como un palo, signo evidente de que algo había meneado el plomo, ¡así que manos a la obra! Recogida lenta pero sin pausa. Esta vez no notaba muchos cabezazos pero sí sabía que traía alguna pieza. Sin complicaciones la traía cada vez más y solo en el rebalaje se resistió un poco, pero sin mayor problema pude poner en tierra la quinta dorada de la tarde con 900 gr. Esta no se resistió tampoco a otra gusana americana, que estaba empatada con Fantasm (0.26) y anzuelo Serie 553 (Nº 5). Esta vez coloqué un muergo XL pelado, para volver a probar otro cebo distinto. Curiosamente las doradas había entrado de mayor a menor peso. Ya se estaba acabando la pleamar y decidimos de esperar a que bajara 1 hora por si todavía quería entrar alguna descarriada. 
El tiempo pasaba y no quería asomarse ninguna pieza más así que empecé a recoger caña por caña e ir limpiado cada hilo para mantenerlo bien conservado para futuras pesqueras evitando percances. Os dejo con una instantánea de la pesquera junto las gametas y anzuelos que son tremendamente eficaces.


¡Pesquera de doradas junto a grandes materiales!




MATERIALES EMPLEADOS
Líneas:
    Tatanka Evo (Ø 0.12mm)
    Tatanka Evo (Ø 0.14mm)
    Gorilla Surf (Ø 0.16mm)
Gameta:
    Fantasm (Ø 0.26mm)
    Carbon Ghost (Ø 0.28mm)
Anzuelo:
    serie 553 (Nº5)
    serie 5180 (Nº1)
Minutería:
    TB 3003 Perrillo (Nº8)

No hay comentarios:

Publicar un comentario